Cómo mejorar la convivencia con personas mayores

21 marzo 2022

A medida que envejecemos comienza la aparición de enfermedades que, en mayor o menor grado, van a hacer disminuir nuestras capacidades cognitivas, conductuales y de movilidad. Esas enfermedades requerirán diversos cuidados y atenciones, lo que puede condicionar la convivencia con los mayores.

 

Enfermedades más frecuentes en la tercera edad

Las estadísticas nos dicen que las más habituales son:

Artrosis y artritis: no sólo van a dificultar en diferentes medidas la movilidad del paciente, sino que van a provocar dolores que requieren tratamientos con analgésicos que debe supervisar periódicamente un médico.

Hipertensión: no provoca síntomas, pero que requiere monitorización periódica de la tensión arterial y exige un seguimiento exhaustivo de la probable medicación.

Parkinson: provoca temblores, rigidez de las extremidades, ralentización del movimiento e inestabilidad al caminar. Su tratamiento es constante y para que el paciente pueda llevar una vida de calidad aceptable requiere una colaboración estrecha entre el propio afectado, su familia y el personal médico, además del estricto cumplimiento del posible tratamiento farmacológico.

Osteoporosis: puede generar rotura de huesos y cuya prevención pasa por seguir una dieta adecuada. Su tratamiento requerirá probablemente suplementos minerales (calcio) y vitamínicos (vitamina D).

Sordera: va aislando gradualmente al paciente de su entorno.

Problemas de la vista: no solo la pérdida de visión o las cataratas, sino enfermedades graves como una degeneración macular o un glaucoma que, de no tratarse adecuadamente acabarían en ceguera parcial o total del paciente.

Demencias seniles: van minando paulatinamente las capacidades cognitivas y conductuales del paciente. La más grave y frecuente es la temible enfermedad de Alzheimer, de la que poco se puede decir que no sepamos. Es un inexorable trastorno que acaba con la memoria y sume al enfermo en un pozo del que no es capaz de salir sino ocasionalmente, según el avance de la enfermedad.

Ictus e infartos: de no atenderse inmediatamente pueden causar daños irreparables en el paciente. Igualmente van a requerir medicación diaria.

Depresión: sume al paciente en un estado apático que puede impedirle llevar a cabo las más elementales tareas cotidianas.

Los efectos de las enfermedades son tan diversos como los que acabamos de ver. Convivir con los mayores supone involucrarse en los diferentes tratamientos de todas ellas, que pueden presentarse aisladas o, como es habitual, varias a la vez.

 

Actitudes que hay que adoptar en la convivencia con los mayores

El envejecimiento de nuestros mayores es una inversión total de los papeles. Son ellos quienes nos cuidaron, nos educaron, nos llevaron al médico, nos dieron todo su cariño y se ocuparon de que creciéramos sanos de cuerpo y mente.

 

Y cuando envejecen, las cosas se invierten. Somos nosotros los que pasamos a ocuparnos de ellos, y esto no siempre es fácil, ni para los jóvenes ni para los mayores. Para los cuidadores, porque les resulta nuevo y chocante tener que asumir ese papel de cuidador. Y para los mayores, porque cuesta asimilar que uno ya no se vale por sí mismo y reconocer que, sin los cuidados que recibe, se olvidaría de tomar las medicinas, dar un paseo diario o seguir una dieta recomendada.

 

Convivir con personas mayores implica tener una buena predisposición:

Cariño. Deben sentirse queridos y percibir que nuestros cuidados y atenciones nuestra no son fruto de una obligación, sino la consecuencia del cariño que les tenemos.

Respeto. Los mayores nos inculcaron lo de “la experiencia es un grado”. Aunque dependan de nuestros cuidados, debemos seguir respetándoles y escuchándolos. Seguro que nos aportan mucho más de lo que creemos.

Paciencia. Tener que repetir las cosas varias veces, oír sin parar la misma historia de su juventud o niñez… o de la tuya. Son situaciones frecuentes ante las que debemos tener paciencia.

Tolerancia. Con frecuencia, son conscientes de su propio estado y pueden reaccionar abruptamente ante determinadas situaciones, lo que probablemente lamentarán más tarde. Debemos estar preparados para hacerles frente.

Comprensión. Hay un viejo aforismo que dice que cuando comprendemos algo lo sabemos perdonar. Nos encontraremos en muchas situaciones ante las que deberemos ser empáticos, ponernos en su lugar, e intentar tener una actitud comprensiva.

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